martes, 27 de marzo de 2012

Deberes, ¿sí o no?

Pues resulta que en Francia, gente seria y cabal al parecer de algunos, se han revolucionado los padres y han decidido hacer una huelga de deberes. Sí, como lo leen, la Federación de Consejos de Padres de Alumnos (FCPE), a la sazón, la mayor asociación de padres de alumnos en el país galo ha convocado una huelga en la que sus vástagos se negarán a realizar las tareas escolares que mandan para casa durante quince días porque, argumentan, los deberes son inútiles y fomentan la desigualdad.

Esgrimen estos padres que los niños que no aprenden la lección en la escuela, estando presente el profesor, no la van a aprender en casa. Y encima, estas tareas provocan tensiones entre padres e hijos, así como ponen en evidencia las diferencias de los padres que sí ayudan a sus hijos en casa y los que no. 

Pues yo no sé ustedes, pero servidora nunca recibió ayuda de sus progenitores en los dichosos deberes. Así que tensiones, cero patatero. Y sí, había desigualdades: los que los hacían y los que no. Como los que estudiaban y los que no. Como los que iban siemrpe a clase y los que se las fugaban.

Ahora que soy madre y en pocos años me las tendré que ver cara a cara con el consabido "¿has terminado tus deberes?" les cuento: yo estoy a favor de dicha tortura infantil. A ningún niño les gusta hacer deberes (y si le gusta, hagánselo mirar), pero creo que son necesarios para asentar lo aprendido, plantear la cuestión en escenarios distintos, aprender a resolverlos y como método de ejercitación del esfuerzo y fomento de la autonomía responsable.

Y ustedes?, qué opinan de la función de los deberes?



Tipos de madres blogueras (haciendo amigos)


Cuando me planteé abrir este blog, le dí muchas vueltas al "enfoque" que quería darle, pensando sobre todo en quienes pudieran leerme. No pasarme con mis opiniones personales por si hería sentimientos, tratar de ser "políticamente correcta", intentar que este fuera un blog "blanco", amable, encantador...

Pues me temo que no va poder ser, amigos.

Tengo ya una larga andadura en bitácoras personales y me he esforzado mucho en escribir lo que me diera la gana sin pensar demasiado en los demás. Y creo que así ha de ser, porque esa soy yo y no una imagen idealizada y deforme de lo que se supone que debo ser. Digo "debo ser" y me doy cuenta que nadie me dice qué debo ser, pero digamos que en este mundo de bitácoras que hablan sobre el universo infantil, hay corrientes y yo no me identifico con ninguna, al menos no plenamente.

Supongo que tipos de madres hay muchas, tantas como personalidades,  pero parece que las que se animan a escribir se dividen en tres grandes grupos, a saber:

1.- La Madre Escaparate: Guapísima, rubísima y delgadísima, siempre a la última que sabe combinar sabiamente sus estilismos con los de sus hijos (y presupongo, marido a juego). Cocinan de muerte, todo sano y bajo en grasas, aunque se permiten lujos como los cupcakes de decoraciones ideales. Su vida es como un anuncio en la que todo parece perfecto, sus hijos son manuales de educación y urbanidad que superan las fases de crecimiento de forma modélica porque han sido guiadas por esta madre que raya la perfección. Cuando se toman fotos (de ella, sus hijos, la decoración de su casa, sus recetas, los estilismos) todo rezuma admiración por ellos mismos y merecido orgullo. Y no me extraña porque son perfectos. Yo me los imagino revisando sus dientes en un espejito de mano para no salir en la foto con el perejil pegado, mientras guardan en el maletero las raquetas de paddel con una mano y con la otra despeinan el flequillo de sus retoños para dar un look casual.

2.- La Madre Neo-Hippy: O cómo hacer un batiburrillo entre el reciclaje, terapias orientalistas (reiki, taichi, yoga, meditación, etc.) alimentación eco-friendly (vegetarianismo, odio a los lácteos, amor a los alimentos cuanto más raros, mejor, integralismo, guerra al conservante y grasas trans, etc.), porteo hasta que el niño te saque joroba, colecho o cómo enviar a tu marido al sofá, odio al Dr. Estivill y sus métodos cruentos, lactancia materna hasta la secundaria, reverenciar la maternidad y la infancia idolatrando cada fase argumentando hasta el más mínimo cambio con toda una batería de teorías filosóficas, rechazo a las guaderías y revisión y cuestionamiento de la escuela con propuestas de escolarización alternativas (educar en casa). A estas me las imagino vestidas de guerrilleras con el churumbel a cuestas arrugando la nariz cuando pasan por la puerta del DIA mientras van con su pequeño a clases de "cómo conectar con tu bebé interior mientras le cambias los pañales de tela tejida a mano por indígenas de comercio justo".

3.- La Madre Maruja 2.0: Cuando va al mercado, postea sobre cómo están de caros los tomates. Relata su día día con un tono jovial, plagado de signos de exclamación, mayúsculas resaltantes y las más osadas se atreven a combinar tipografías en distintos colores (con especial insistencia de los rosas y morados) en el mismo post. Un día a día, por otra parte, en el que la crianza y las tareas domésticas son el eje principal (y único) con alguna intervención de su costilla, discreta y de apoyo (suponemos). Su conexión con el mundo viene dada por la televisión (Supernanny como programa de cabecera, realitys y vísceras a tutiplén) así como de la comunidad de blogueros que se retroalimentan entre sí con frases de admiración, apoyo y ánimos y muchos jajajajás. Fotos del niño con el triciclo, del niño con el pastel de cumpleaños, del niño en chándal, de toda la familia en chándal... mucho abuso del chándal, que es muy cómodo. Me la imagino en chándal, comiendo magdalenas marca blanca y posteando sobre la ilusión que le hace que hayan elegido a su zagal para ir de sanjosé en la función del cole, poniendo el teclado llenico de migas.

Tentada he estado de poner enlaces pero témome una lluvia de piedras sobre éste blog incipiente. Y lo peor de todo es que yo tengo un poco de cada una. O lo mejor, según se mire.

Y lo irán descubriendo, si nadie lo remedia.

La de la foto, sí, soy yo con mi churumbel, la Lola (sin chándal pero recién levantadas en paños menores)